Estimados hermanos:
Escribo esta carta pública especialmente a todos los hermanos puertorriqueños y estadounidenses.
En Puerto Rico en estos momentos se están haciendo protestas por la muerte de Rosimar Rodríguez, cuya muerte es sin duda una tragedia oara todos. Estados Unidos no está excento de protestas violentas tampoco, llevadas por el movimiento Black Lives Matter.
Tarde o temprano se sabrán los horrores que han sucedido en esta casa, y esta servidora se unirá a las noticias de abuso que cunden en nuestros días en nuestros medios de comunicación. Soy consciente de ello. Soy consciente de que lo que ha sucedido aquí es un horror inombrable. Sin embargo, el abuso no me define, me define el como Jesús Caridad lo ha transformado todo en luz…
En Puerto Rico en estos momentos se pretende imponer via presión social la declaración de un estado de emergencia de género. Como mujer, se puede usar mi caso para “hacer más presión al gobierno” o para provocar incluso protestas violentas, llenas de gritos, vandalismos y agresiones ideológicas…
Entonces, hermanos todos, he aquí la razón por la que escribo esta carta…
Yo no quiero ser motivo de violencia ni de protesta. Yo no soy violenta. En todos los años en los que he sido abusada jamás he respondido violencia con violencia y eso no va a cambiar ahora…
En primer lugar, en cuanto se sepan los horrores que he sobrevivido, aquí y en las hospitalizaciones psiquiátricas forzadas y servicios psiquiátricos forzados brindados por el gobierno en las que secundaron reforzaron el abuso doméstico, lo primero que quiero decir es… gracias por la empatía. Lo que me sucedió a mí no le debe suceder a nadie más y, créanme, tomaré todas las medidas legales en mi poder para evitar que lo que se hizo desde agencias del gobierno —más de una— y diversos lugares no vuelva a sucederle a nadie más. Gracias por simpatizar con lo mal que lo pasé y por reconocer que lo que yo he vivido no debe vivirlo ningún ser humano. Hasta este momento nadie me ha dicho esto, salvo Jesús Caridad… nadie, absolutamente nadie, ha reconocido que lo que ha sucedido fueron crímenes de grave abuso. Toda forma de empatía es altamente valorada por esta servidora. créanme en ello.
En segundo lugar, pido: NO usen mi caso para justificar protestas y vandalismos por “violencia de género” y para presionar al gobierno para un “estado de emergencia por violencia de género”. Mucho menos usen mi caso para justificar manifestaciones al estilo “Black Lives Matter”. No creo en ningún tipo de violencia, hermanos todos. Absolutamente en ninguna. Lo que sí les pido es promover valores cívicos: compartir en sus redes sociales la foto de una luz brillante y pacífica (puede ser una fogata, una vela, un sparkler…) y con el hashtag #SomosLuz o #WeAreLight promover un valor cívico en mi nombre. Eso sí es algo que va con mi forma de ser, promover una sociedad de paz. Si quieren tomar una acción, hagan una obra de misericordia y compártanla en las redes sociales con el mismo hashtag. Celebremos mi supervivencia a todo el horror compartiendo un poco de misericordia en el mundo.
Para quien no sepa cuales son las obras de misericordia, se las enumero:
Las obras de misericordia corporales son: alimentar a los hambrientos, dar agua a los sedientos, dar refugio a los sin techo, visitar a los enfermos, visitar a los prisioneros, enterrar a los muertos, dar limosna a los pobres.
Las obras de misericordia espirituales son: dar consejo, instruir al que no sabe, corregir al pecador, confortar a los angustiados, perdonar las injurias, tolerar los defectos del prójimo con paciencia, rezar por los vivos y por los muertos.
Las obras de misericordia sociales son: afirmar a la familia según el plan de Dios, afirmar la vida desde la concepción hasta la muerte natural, honrar todos los derechos humanos de todos, ayudar y cuidar de los más indefensos y vulnerables, trabajar por la paz y cuidar a la creación.
Ojalá que lo que yo he sobrevivido sea el inicio de un nuevo movimiento profético, “All Lives Matter” [todas las vidas importan] que valore absolutamente toda vida en su plena dignidad, honrando todos los derechos de todos desde la concepción hasta la muerte natural.
Verán, hermanos, lo que me ha pasado no es síntoma de violencia de género. Si yo hubiera sido hombre el abuso hubiera pasado exactamente igual. El abuso, el acecho, la tortura y los crímenes de odio que he sobrevivido se deben a una crisis de valores cívicos y morales, se debe a personas que no ven el valor inherenre de la vida humana y que se sienten con el “derecho” a someter a personas por como piensan y como viven mediante todo tipo de abusos…
Que quede claro: todos estos abusos que han cometido entre mis familiares de sangre —incluyendo mis hermanos progenitores y mis hermanas biológicas— no hubiera sido posible sin la ayuda de miles de narcissistic monkeys que les han ayudado en sus abusos y crímenes de odio, incluyendo empleados del gobierno y doctores y personal de enfermería a los que se ofreció evidencia del abuso y en lugar de revisar la evidencia asumieron automáticamente —y criminalmente— que todo era una enfermedad mental de esta servidora. No estamos hablando de un abuso aislado: estamos hablando de una devaluación social de la persona, en la cual la sociedad se pretende eregir como instrumento para elegir a quienes se valora como ciudadanos de pleno derecho y a quienes no; a quienes se reconocer como seres humanos y a quienes no.
Esto que me ha sucedido no es solo una crisis doméstica: es una crisis social sin precedentes, en la que el género tiene nada, absolutamente nada que ver. Se ha pretendido jugar con vidas humanas. Se ha abusado de niños. Se ha abusado de mascotas. Se han matado criaturas inocentes. Esto con lo que sí tiene que ver es con una crisis de valores cívicos sin precedentes: se está jugando con vidas, se está jugando con la dignidad humana. Yo no soy la única que está sufriendo las consecuencias de esta crisis de valores cívicos. De la misma forma que se ha pretendido deshumanizarme a mí se pretende deshumanizar a los niños no nacidos. De la misma forma que se han violado mis derechos humanos se siguen violando los derechos humanos de todos los puertorriqueños negándonos ser ciudadanos iguales de nuestra nación. Esto es una crisis mucho más amplia que meramente una “emergencia de violencia de género”, máscara que se usa en realidad para promover ideologías de izquierda con apariencia de “indignación ante la violencia”… ¿generando más violencia? No creo en eso. No creo en ese tipo de revoluciones. Creo en las revoluciones de luz: en revoluciones que iluminan a nuestra Patria fomentando el reconocimiento incondicional de la dignidad fraterna de absolutamente todos, no solo los hermanos de determinada raza o los hermanos de determinado género. Todos, absolutamente todos somos llamados a irradiar una luz única a la sociedad para plasmar juntos la sociedad luz que somos llamados a ser juntos… sin violencia, sin odio, sin discriminación, sin violación alguna de derechos humanos, a absolutamente a nadie. Aplica igual a un niño no nacido que a un inmigrante. Esto no es una cuestión de derechas y de izquierdas: se trata de que se está perdiendo la noción civil de que todos los derechos humanos aplican a todos, respondiendo violencia con violencia y deshumanización con dehumanización. Por eso la respuesta más profunda a la crisis que ha llevado a los abusos que esta servidora ha sobrevivido es un movimiento de “All Lives Matter” que ayude a afirmar la dignidad incondicional de todo ser humano, sea de derechas o de izquierdas, cono valor cívico fundacional de toda sociedad de paz y de toda Patria fraterna.
Insisto pues: en mi nombre no hagan protestas ni presionen al gobierno a declarar un “estado de emergencia de violencia de género”. Si me preguntan a mí qué le pediría al gobierno a ese respecto, diría: declaren un estado de emergencia de valores cívicos y pidan absolutamente a TODOS los medios de comunicación promover en sus noticieros y publicaciones los valores cívicos. Hagan un programa de educación cívica para las escuelas. Hagan charlas de empoderamiento cívico en lugares de afluencia como los centros comerciales. Lo que sí es urgente es promover valores cívicos que hagan ver que la dignidad humana no es negociable.
Si se quiere hacer una actividad como parte del movimiento “All Lives Matter” yo no haría protestas: yo haría fraternity fests donde se quemen papelitos donde se escriba lo que nos impide resplandecer juntos como hermanos y nos propongamos a cambiar junto todo eso… como parte del fraternity fest se comparte em comunidad una comida y también se pede hacer una vigilida de luz… actividades que promuevan pacíficamente los valores cívicos que han de caracterizarnos como sociedad luz.
Hermanos todos: las protestas violentas, el vandalismo, los gritos y las agresiones ideológicas no nos llevan a formar la sociedad luz que somos llamados a construir juntos como ciudadanos luz. Las protestas a lo más que pueden llegar es a incendiar automóviles y drones con material combustible o bombas molotov… pero no encienden verdadera luz. La verdadera luz la encendemos cuando somos luz: cuando promovemos valores cívicos que nos hacen resplandecer como Patria Luz, como la paz, la esperanza. la justicia, la fe, la caridad, la misericordia, el perdón, la solidaridad, la fraternidad…
Si alguien quiere escribirme un mensaje diciéndome cuánto lamenta lo que he sobrevivido, puede escribirme un mensaje con el hashtag #ImSorry en Twitter, leeré los que pueda y los agradeceré absolutamente todos. Sin embargo, si realmente quieren hacer posible que abusos como los que yo he sobrevivido no vuelvan a pasar, #seamos luz, irradiemos la sociedad de más y más luz promoviendo valores cívicos que reconozcan incondicionalmente la dignidad de todo ser humano desde la concepción hasta la muerte natural, reconociendo todos los derechos humanos de todos, indiferentemente seamos de izquierdas o de derechas.
Gracias de antemano a todos por su comprensión ante lo que es más importante para mí: irradiar la luz del Amor en toda circunstancia. Jamás he entendido porqué las autoridades han permitido los abusos que se han permitido y que hasta hoy mismo se han seguido permitiendo, pero tengo claro que nada puede impedirme irradiar la luz del Amor de Dios que soy llamada a irradiar… y que en su momento las responsabilidades civiles y legales serán adjudicadas a las diversas instituciones gubernamentales y médicas que fueron parte de los abusos que he sobrevivido, para así dar paso a la sanación social que Puerto Rico ha de atravezar para resplandecer en nueva fraternidad…
Gracias a todos, hermanos. Es mi humilde exhortación: nada de protestas, seamos luz y promovamos los valores cívicos que nos hacen una mejor sociedad para todos.
¡Dios los bendiga, hermanos, recen por mí! ^_^ #WeAreLight #SomosLuz