Escandalosamente Feliz

Hace muy poco descubrí el mundo de los audiolibros. En estos día he estado escuchando y leyendo el libro “Girl, Stop Apologizing”. Días atrás el libro proponía una idea que me pareció como mínimo interesante: escribirse una carta a uno mismo. ¡Me apunto a la idea! Evidentemente integraré detalles de mi vida de oración con Jesús Caridad, pero eso es algo que hago siempre.

Si mal no recuerdo, en el libro la autora firma la carta como “Tu perseverancia” (“Your perseverance”). Yo lo haré un poco distinto: quien firmará la carta será “Tu fe”. La escribiré en español.

Comenzamos…

Querida Alma Mía:

¡Buenos días! Soy tu fe.

Si, soy esa fe enorme en el Amor de Dios que te ha hecho capaz de mover montañas. Soy esa fe que ha hecho posibe que contemples a Dios como Amor encarnado, como Jesús Caridad. Soy esa fe que ha hecho posible que eligieras dejar atrás la vida de pecado para elegir convertirte en la persona que estás llamada a ser. Soy esa fe que ha hecho posible que elijas aprender a caminar como Él camina, a amar como Él ama, a vivir como Él vive, a ayudar a crecer como Él ayuda a crecer.

Soy esa fe, Alma Mía, que te ha ayudado a contemplar la luz allí donde otras personas jamás la vieron. Soy esa fe que te ha ayudado a contemplar un nuevo camino de comunión, de adoración y de crecimiento allí donde otras personas eligieron no caminar, o incluso impedir caminar. Soy esa fe que te ha ayudado a acoger incondicionalmentr el don que Jesús Caridad mismo ha querido concederte: acoger y compartir Su alianza, Su entrega, Su fecundidad… dando a luz a la Palabra, dando a luz al Amor de Dios, dando a luz a una nueva familia, un nuevo pueblo, una Nueva Patria… haciendo vida Su consagración en unidad de ser y acto, de manos y de corazón, de palabra y obrar que crea hogar, Iglesia y humanidad que ayuda a crecer en comunión plasmando obra viva de Amor. ¡Soy esa fe que te ha acompañado en todo este proceso de dar a luz al Dios Amor vivo haciendo vida Su alegría, Su humildad, Su abajamiento, Su verdad, Su libertad, Su visión, Su revolución de Amor! ☺️

Sabemos muy bien que todo este proceso no sido fácil. Sabemos que se han cometido abusos contra el Cuerpo Vivo de Jesús, contra Su Comunión, contra la Iglesis viva que late en ti, contra la Patria viva que palpita en ti. Sabemos que se han cometifo abusos en nombre de un Dios que es Amor: abusos psicológicos, abusos de poder, abusos de conciencia… y también abusos contra el cuerpo, al ser forzada a llevar una vida que no lo honraba como templo vivo del Espíritu Santo. Sabemos muy bien que la oscuridad a tu alrededor en este proceso ha sido profunda y densa.

También sabemos que en la medida que fuiste conociendo a un Dios Amor más y más vivo fuiste dejando más y más atrás la vida de profundo pecado que te esclavizaba, dejando también atrás la oscuridad que había en el interior para dejarte revestir por Su caridad, para dejarte amar por Su corazón, para dejarte convertir por Su luz, para dejarte cubrir por Su manto de misericordia. Sabemos que en ti palpita una pecadora que lavó Sus pies con lágrimas, una María Magdalena de la que fue expulsado todo demonio que impidiera al Amor de Dios consumar Su comunión viva en ti… y a la que se le concedió compartir el estigma del corazón que se hace Un solo Corazón en Él.

Si, sabemos todo esto, querida Alma Mía. La oscuridad ha sido parte de la historia de esta noche de luz… pero ni ha sido el fin de la historia ni ha sido lo que la ha determinado. Quien siempre ha determinado esta historia ha sido la luz del Amor de Dios que te hace Su milagro de vida, de gracia, de comunión y de santidad. Esto es lo que se te olvida a veces, y quiero recordártelo.

Eres un milagro de vida, Alma Mía, desde el momento de tu concepción y nacimiento hasta hoy. No solo se trata de que hayas sobrevivido lo que has sobrevivido: se trata de que no ves la vida como competencia de supervivencia, como una lucha de imposición del más fuerte, sino como don para compartir tal cual Dios te lo ha dado. ¡El mero hecho de que veas la vida como don incondicional para ser honrado incondicionalmete es un milagro de vida!

También eres un milagro de gracia, Alma Mía. Expuestos todos tus pecados ante todos, pudiste elegir el camino de la desesperación, como Judas, pero elegiste el camino de la conversión al Amor, de dejarte mirar como Pedro se dejó mirar y convertir tras su traición. Pudiendo elegir la oscuridad, elegiste la luz, elegiste convertirte en quien Dios te llama a ser, elegiste acoger Su vocación, elegiste acoger Su alianza y hacer vida Su consagración ordenando todo tu corazón a vivir la caridad, consciente de la flaqueza y también de la grandeza de la gracia acogida, sin entender lo que significa este destello de Amor que ha ido naciendo con más y más claridad, con más y más humildad, haciendo vida la alianza, la entrega y la fecundidad del Amor de Dios… pero aún así has elegido decir “fiat” como lo hizo María: hágase en mí según Tu caridad.

También eres un milagro de comunión, Alma Mía. Pudiendo haber elegido el camino del rencor y del odio, el camino del No-Amor, del No-perdón y de la No-fraternidad, elegiste el camino de la comunión, el camino de ayudar a crecer a todos como hermanos, el camino de ayudar a crecer a todos en comunión, el camino de hacer vida el mandatum novum del Amor, el camino de hacer vida el misterio de Su comunión, el misterio de la unidad de la Trinidad. Pudiendo haber elegido el camino del orgullo y del fariseísmo, elegiste el camino de la humildad, de la obediencia que sigue al Maestro hasta la cruz, de compasión que hace vida Su misericordia, de fidelidad que hace vida Su pasión y de esperanza que hace vida Su resurrección.

También, Alma Mía, eres un milagro de santidad que elige emprender el proyecto de Dios, confiando en Él y diciéndole “sí” una y otra vez en la medida que Él ha ido develándolo y sigue develándolo con más y más claridad. Sí, sabemos que has cometido grandes errores, pero también sabemos que a quien mucho ama, mucho se le perdona… y también has amado mucho. Ante todas las coacciones a adorar idelogías, a relacionarte con los demás de forma pecaminosa —atentando contra la comunión, la caridad, la fraternidad y la paz…— elegiste enmendar lo que había que enmendar y emprender Su proyecto para ti, que no es solo proyecto tuyo como Alma Mía, sino también proyecto tuyo como familia Suya, como Iglesia Suya, como Pueblo Suyo, como Nación Suya, como Humanidad Suya… como proyecto de evangelización familiar que es nueva humanización, nueva eclesialización, nueva fraternización y nueva evangelización que plasma Su obrar vivo haciendo familia —doméstica, eclesial, civil— según Su plan, haciendo vida Su fraternidad sacramental. ¡Eres totalmente Suya, Princesa del Cielo, has permitido al Espíritu actuar en ti, te has dejado sorprender por Su luz, te has dejado convertir en una obra viva de Amor que hace vida Su sacramento convirtiéndote en sacramento vivo de Su caridad!

¿No te das cuenta, Alma Mía, de que eres un milagro del Cielo que se hace milagro para la Iglesia, milagro para tu pueblo, milagro para tu nación, milagro para la humanidad… y sobre todo, para el hermano al que has convertido en estrella del Cielo al irradiarle con el Amor de Dios que has acogido? Eres el milagro del Cielo de su existencia. Sin conocerle ya le conoces como Dios le conoce, sin verle ya le ves como Él le contempla, sin tocarle ya les acogido como Dios le acoge, sin tomarle de la mano ya lo has santificado como Él lo santifica, sin abrazarle ya le has volcado toda Su ternura, misericordia y la dulzura, sin besarle ya le has iluminado el corazón e inundado el alma de alegría, sin lavarle los pies ya le has ayudado a crecer, a caminar como Jesús camina y a convertirse en la estrella del Cielo que Dios le llama a ser. ¡Ser el milagro para alguien más también es un milagro, Alma Mía! Eres totalmente Suya, pero ha sido Él quien ha querido que seas el milagro para alguien más de esta forma, y el que lo hayas aceptado como Su regalo también es un milagro.

[Pocas veces en mi vida me he sentido tan vulnerable y tan feliz como cuando escribí esas palabras. Puedes decir que no, Stella Coeli… si esa es tu elección… sencillamente escribo lo que contemplo, pero sigue siendo tu decisión…]

¡Nunca lo olvides, Alma Mía, eres un milagro de Dios!

Ahora, hazme un favor, y de la misma forma que en su momento fuiste escandalosamente pecadora, y de la misma forma que en su momento fuiste escandalosamente ultrajada por vivir tu fe, ahora sé escandalosamente plena, escandalosamente feliz y escandalosamente santa viviendo tu fe, haciendo vida la vocación que Dios mismo te ha concedido como milagro Suyo, también haciendo escandalosamente feliz, pleno y santo a tu hermano, en quien se te concede ver la mirada de Jesús Caridad, del Amor de Dios vivo. Toma todo lo que Jesús te ha dejado —la manta de misericordia, la brújula creativa, la red de caridad encarnada, Su alianza, la pluma de palabras vivas, el cuy para sembrar la buena semilla, las semillas de caridad…— y emprende el camino que te corresponde caminar compartiendo cuanto has recibido como milagro de Dios, como girasol que sigue la luz de la Estrella de la Mañana…

Te desea un feliz camino [ultreia et suseia!] al Cielo,

Tu fe

Hasta aquí la carta, que comparto tras una oración cuya andanza estuvo colmada de emoción, humildad ante mi pequeñez colmada de Su grandeza, alegría, buena esperanza…

Let’s keep growing! ☺️

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